Lo primero que hay que tener en cuenta es elegir producto según el tipo de piel, pues no todas son iguales. Por la mañana se debe limpiar el exceso de la crema de noche con un producto que no lleve jabón con el fin de no eliminar el PH natural de la piel.
Lo mejor, por tanto, es que no lleve detergente.
Seguidamente, se aplica el contorno de ojos para que no se nos olvide y nos habituemos a usarlo. Después, el serum.
Es importante no saltárselo porque penetra en las capas más profundas de la piel.
A continuación, extender la crema hidratante según las necesidades de la persona.
Es indispensable que lleve factor de protección solar, adaptado al foto tipo de piel.
Así, se evitan manchas solares, arrugas, problemas de eccemas solares y eritemas.
De noche, hay que utilizar un producto desmaquillante, siempre atendiendo a las características del cutis, y repetir el proceso de contorno de ojos, serum y crema de noche.
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