Incluir en nuestra alimentación diaria un complemento alimenticio, se ha convertido en una rutina muy habitual. Aunque comamos de manera saludable, no significa que no vayamos a tener carencia en algún nutriente esencial.
Por ejemplo, en algunas etapas de la vida como en el embarazo y en el periodo de lactancia tenemos las necesidades en nutrientes esenciales aumentadas.
También si realizamos un deporte de alta intensidad generaremos un mayor desgaste físico y nuestro organismo requerirá una mayor cantidad de vitaminas y minerales que únicamente con la alimentación es difícil cubrir estas cantidades.
Los tratamientos crónicos pueden hacer que no absorbamos bien determinados nutrientes y esto nos puede provocar su déficit.
Por otro lado, actualmente la calidad nutricional de los alimentos es más baja, una de las causas es por el terreno donde se cultivan las verduras, frutas y hortalizas, por el tiempo en que han estado almacenado o por el procesamiento al que han sido sometidos que genera que se pierdan una elevada cantidad de vitaminas y minerales.
Por tanto, es recomendable incluir un suplemento alimenticio para evitar estos déficits nutricionales, pero siempre consultarlo antes con nuestro profesional de la salud, para que en base a la alimentación que llevemos, nos sugiera cual es el complemento nutricional más apropiado.